A través de un proyecto de servicio comunitario se instruyó a personal docente, estudiantes, padres y representantes de un centro educativo, acerca del uso adecuado de los desechos

Con el propósito de proporcionar información acerca del manejo eficiente de los residuos sólidos, estudiantes de la Universidad Nacional Experimental del Táchira, desarrollaron su proyecto de servicio comunitario en un centro educativo del municipio San Cristóbal.

Bajo la supervisión de la tutora Zulay Rangel, los alumnos de la carrera de ingeniería civil Helen Zambrano, Carlos Barrera y Alejandro González, llevaron a la práctica su propuesta denominada “Concientización para el manejo integral de residuos sólidos en la unidad educativa nacional Félix María Hernández Roso, aldea Agua Linda, comunidad El Ron, municipio San Cristóbal, estado Táchira”.

De acuerdo a lo expuesto por la profesora Rangel y el grupo de estudiantes, la actividad se orientó hacia el personal docente, alumnos y representantes de la institución, quienes manifestaron su interés por adquirir conocimientos en esta área.

La ejecución del proyecto se inició en el mes de abril de este año, y se extendió durante varios meses hasta culminar con los objetivos planteados.

“Mantuvimos un enlace permanente con la coordinadora designada por la unidad educativa, profesora Raquel Moncada; quien prestó su cooperación. Debido a los riesgos de una interacción presencial a causa de la pandemia, utilizamos estrategias tecnológicas, lo que no fue obstáculo para la planificación, organización y puesta en marcha de los aspectos a cumplir”.

El trabajo se realizó en varias etapas e incluyó conceptos acerca de residuos y desechos sólidos, consecuencias originadas por el uso inadecuado de los residuos, información global, clasificación y proceso de gestión desde su origen, almacenamiento, recolección, tratamiento y traslado hacia el vertedero o relleno sanitario.

También se instruyó a los participantes sobre la importancia de reducir, reutilizar y reciclar, compostaje, tipos de plástico, el vidrio, el papel y sus diferentes usos.

“Para motivar la participación activa de los integrantes, hicimos juegos didácticos, donde se mostraban resultados de lo aprendido para compartirlo con los compañeros”.

Los jóvenes destacaron que durante las visitas efectuadas a la comunidad, siguieron las medidas de bioseguridad, para evitar cualquier riesgo de contagio.

“Las actividades se ejecutaron a través de una planificación; la receptividad de la comunidad permitió el desenvolvimiento y comprensión por ambas partes ante las adversidades presentadas. Los padres y representantes compartieron sus experiencias y opiniones; aún cuando hubo algunas demoras a causa de los cortes de energía eléctrica o fallas en internet”.

Una experiencia que deja una valiosa enseñanza en el seno de una comunidad, donde el aprendizaje puede ser multiplicado para el beneficio colectivo. /Norma Pérez.