El Rector Raúl Casanova hizo un análisis de la actual situación de la UNET

Raúl Casanova

Desde hace varios años la universidad venezolana afronta un panorama incierto donde se suman diversos factores que atentan contra su normal funcionamiento. Aunado a esto, la pandemia que a la fecha impide el retorno a las aulas y al desarrollo regular de sus actividades.

Hoy estas instituciones donde se forman las nuevas generaciones de profesionales, cuna de importantes investigaciones y de un valioso trabajo de extensión y producción de conocimientos, luchan por sobrevivir, por mantenerse vigentes en una situación crítica para la comunidad universitaria. En estos momentos, la academia, primordial e imprescindible para el desarrollo y evolución del país, sobrevive por el esfuerzo titánico y la voluntad de sus actores.

“Sin presupuesto ni beneficios”

El Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira, Raúl Casanova Ostos hizo un análisis de la actual situación de la institución que dirige, reconocida en el mundo por la calidad académica de sus egresados; donde señala que

las universidades en Venezuela además de que generaron en alguna oportunidad más del 80% del conocimiento nacional publicado en revistas indexadas, tienen una larga tradición de resistencia.

“El acoso gubernamental ha sido despiadado contra las universidades autónomas y algunas experimentales como la nuestra. Desde hace más de 15 años, el asedio empezó con la judicialización de los procesos electorales en las distintas universidades autónomas , pero no ocurrió así con las universidades intervenidas ni con las universidades llamadas bolivarianas; luego vino la presión sobre el presupuesto los cuales comenzaron a ser reconducidos, luego reconducidos y recortados y más recientemente, reconducidos, recortados y entregados en la última quincena del año, violándose con ello la Ley Orgánica de Presupuesto”

En lo que respecta a la Contratación Colectiva Única, las Actas Convenios y los beneficios laborales de los diferentes gremios, explicó que se han dejado de honrar, y con la hiperinflación se generaron tablas salariales a espaldas de los gremios y de las mismas autoridades universitario “por lo que los salarios impuestos por el gobierno se han convertido en polvo en el desierto; se han violentado los derechos socio laborales de todos los sectores de la universidad, pues hicieron desaparecer el sistema de seguridad social, el HCM”.

“Igual ha ocurrido con los beneficios estudiantiles que son solo de nombre porque ni siquiera alcanza para el pago de pasajes interurbano en un día; los recursos de providencias con los cuales se cubrían los gastos de transporte, comedor y del seguro FAMES se dejaron de recibir, por lo que estos servicios la universidad no tiene como sostenerlos”.  

Otro aspecto que resaltó es que muchos de los que lucharon por la libertad académica emigraron. Esto debido a que Venezuela ya no es un país seguro para los universitarios y la amenaza siempre está latente.

Señaló que las circunstancias en las que se encuentra la universidad son exageradamente críticas ya que desde 2011 no se reciben recursos suficientes ni para planificar el crecimiento natural de la institución ni menos sus actividades; ni para garantizar su funcionamiento.

“La universidad solo nos ha quedado en los dos seis últimos años para ser transferidores de salarios que es lo único que envía el Estado y lo peor ahora son pagos quincenales colocando a nuestros empleados de la dirección de Recursos Humanos a ser empleados de la OPSU; pero lamentablemente no invierten en nuestra biblioteca ni en sus laboratorios, planta física, transporte y comedor, Tampoco en tecnología para actualizar el equipamiento en obsolescencia, ni en las unidades académicas que son los laboratorios de las carreras del agro. El presupuesto asignado para el 2021 solo representa el 30% de lo solicitado, y prácticamente es el 90% para cancelar sueldos”.

La máxima autoridad de la Unet dio a conocer que antes de que se decretara la cuarentena en el país por la pandemia del Covid-19, ya una gran cantidad de trabajadores, incluso estudiantes, se habían retirado de la universidad por los bajos salarios, la pérdida de otros beneficios económicos y protección social como los servicios médicos y funerarios por la misma crisis existente en el país que igual se refleja en el ámbito universitario.

“Los efectos devastadores de los cortes en la energía eléctrica, gasolina y gasoil que directa o indirectamente han deteriorado vehículos, equipos, tecnología, biológicos, proyectos de investigación, costará mucho recuperarlos aunado a eso la planta física, cubiertas y techos de las 36 edificaciones y los espacios destruidos por tanto efectos climáticos hacen que nuestra institución sea prácticamente inhabitable”.

A esto suma que los sueldos que reciben todos los miembros de la comunidad son insuficientes para trasladarse desde sus sitios de residencia hasta la institución además de que la gasolina que se está expendiendo en los actuales momentos es dolarizada.  Igual ocurre con el sector estudiantil en donde además el 70 por ciento proviene de áreas foráneas y el transporte universitario está totalmente paralizado

“Las Autoridades Universitarias, encabezadas por el Rector han solicitado hasta el cansancio la ayuda del Gobierno, pero hasta ahora la respuesta ha sido nula.

En tal sentido es muy prematuro pensar en retornar a una normalidad como la que tuvimos hasta el 13 de marzo del 2020”.

En cuanto al desarrollo de clases en modalidad virtual, destacó que están al frente de un nuevo modelo y hay que hablar a partir de ahora de la universalización de la universidad por un Táchira mejor.

“Los unetenses, con todas las dificultades debemos prepararnos para hacer un mejor uso de las ventajas que brindan las TIC´s y aprovecharlas para lograr mayores niveles de integración en el entendido de solo socializando los adelantos científicos y tecnológicos podremos hablar de desarrollo. La única manera de sobrevivir como instituciones de educación superior es la educación no presencial con cualquier modelo que se escoja.

Un punto crítico es el presupuestario, y al igual que las demás universidades nacionales también afecta a la Unet: “La cuota presupuestaria para el 2021 fue solo el 30% de los solicitado es decir Bs 286.485.108.315,00 No obstante, a pesar que el Consejo Universitario aprueba la cuota presupuestaria asignada por el MPPEU, se realizó bajo protesta, por cuanto esta asignación no se adecúa a lo solicitado ni a la realidad de nuestra universidad”.

A su juicio, la educación de verdad y de calidad es innegociable, máxime cuando las universidades representan el futuro de la nación; la educación pública de calidad depende igualmente de los recursos presupuestarios y financieros, justos y equitativos “Con sueldos que no superan los 6 dólares mensuales, sus profesores y el resto de la comunidad universitaria viven por debajo del nivel de pobreza crítica” 

“Es muy lamentable lo que está sucediendo en nuestras instituciones universitarias, la falta de recursos está acabando con el patrimonio conseguido a través de más de 46 años de investigación, de trabajo, sudor y sangre. Hay que revertir la idea, además de cambiar la Ley de Universidades, eso de que la educación debe ser gratuita y de la incapacidad actual del estado para financiar la educación y la investigación científica con calidad, equidad y compromiso social”.

“La Unet que queremos, debe seguir con el modelo de sus autoridades fundacionales; científico, humanístico y tecnológico, pero más productivo. Es la única Institución de educación universitaria nacional que tiene además de las funciones básicas de docencia, investigación y extensión, la función de producción”./Norma Pérez M.