La  perspectiva del profesor Miguel Arturo Chacón, miembro de la familia unetense desde hace 36 años, hoy Cronista UNET

 

 

 

Refiere el Diccionario de la Real Academia Española que sabio es una persona que tiene profundos conocimientos en una materia, ciencia o arte; la Universidad Nacional Experimental del Táchira cuenta con el profesor Miguel Arturo Chacón, quien con 36 años siendo personal docente y administrativo de la Universidad conoce profundamente la vida unetense.

El profesor Miguel Arturo Chacón, cronista de la institución, luego de una profunda evaluación habló sobre el devenir unetense desde su historia hasta su porvenir, al arribar a 42 años la primera casa de estudios del estado, la ilustre Universidad Nacional Experimental del Táchira.

 

“Desde el nacimiento de la UNET un grupo de tachirenses pensaron en tener algo propio, como la Universidad Católica, el Instituto Agroindustrial Los Andes  o la Universidad de Los Andes-  núcleo Táchira; por ello, se gestó el 27 de febrero de 1974 bajo el Decreto número 1.630, la vida institucional de la UNET, abriendo una nueva página dentro del devenir histórico académico del Táchira”.

Chacón comenta que desde allí en adelante se empieza a escribir la historia con perspectivas a mediano y largo plazo, cuando aparece el Plan de Desarrollo que plantea 14 carreras en el año 1974, abarcando el inicio de la centuria del 2000; siendo la orientación de los gestores que tuvieron esa gran visión.

Narra además, que en  la década de los 80, otra idea se plasmó en el devenir histórico de la universidad con miras al futuro, como lo fue la Universidad de la Frontera, proyecto presentado por Antonio Valero, y que defendió ante el Seminario Internacional de Cooperación Universitaria SICU, el rector de la época, Humberto Acosta, cuyo fin no era otro que tener una universidad para los departamentos de Santander, Norte de Santander y el Táchira,  a fin de cumplir con el conglomerado estudiantil y la potencialidad que representaría para esa área geográfica, aunado a los lazos que se estrecharían en una frontera que fue por años un hito, -Nuestros antepasados manifestaron que no hay cucuteño sin pringue de tachirense y viceversa.

 

Explica el cronista de la UNET que la idea planteada por el filósofo, erudito y profesor canadiense McLuhan de tener a mediados de esta centuria una aldea global se ve como un hecho apenas en la segunda década del 2000, sumado a las tecnologías de la información y la comunicación que  han permitido, en un clic, una mirada o un toque digital; tener el mundo en la mano, situación que impregna a la UNET,  por lo cual, se debe pensar en ese tipo de universidad. En este contexto,  viene un antecedente planteado con visión de futuro como lo hizo el rector Joaquín Rodríguez, quien con su corta pero aquilatada gestión universitaria pensó en carreras cortas, actividad que desde hace 7 años es una realidad en la UNET.

Esboza,  que se suma la idea de que la universidad debía darse no solo de forma presencial sino apoyada en la perspectiva de educación a distancia, hoy llamadas Carreras Técnicas Semipresenciales; -Con todo lo anterior, se denota que en las manos de nuestros gestores ha estado siempre la perspectiva de un futuro en la UNET.

En el área financiera  recuerda con cariño al señor Carlos García Lozada, cuya visión consistía en una universidad con sus propiedades, quehaceres y tesoros, en dónde cimentar el conocimiento; por ello, vendió a la UNET por solo un bolívar la Hacienda Santa Rosa, hoy Unidad Académica Santa Rosa, centro potencial vocacional de la universidad, pues allí se dictó la carrera de Zootecnia, hoy Ingeniería en Producción Animal; además, sirve de aula abierta para Ingeniería Agroindustrial y Agronomía.

“Todo lo anterior nos hace ver el futuro de la UNET con gran esperanza, que con aciertos y detalles ha formado muchos profesionales que al egresar se han diseminado por el mundo y donde la universidad tendrá que ubicarlos y recordarles que esta es su gran madre académica”.

Para finalizar la evaluación del devenir UNET en la historia,  expuso el cronista que “la situación política venezolana afecta todo y las universidades no escapan a ello; pero la academia es academia, alma mater, al sustrato del fondo, el real sentimiento que embarga la misma, es decir, que la universidad es el quehacer, se debe pensar primero en el ser  y ese se ha olvidado de forma involuntaria o por razones políticas y sociales que nos rodean,  dejando la perspectiva real de lado; la universidad nació por y para el Táchira; se debe retomar la idea esencial del ella, la esencia fundamental del ser universitarios. Texto: Jenny Contreras/Fotos: Manuel García.