El Rector Raúl Casanova se pronunció en nombre de la institución por el fallecimiento del ilustre venezolano 

En ciertos momentos de la historia nacen personajes cuyas vidas son sobresalientes por los aportes de progreso que dejan a la humanidad, seres extraordinarios que son bendecidos con el don de la inteligencia y que junto a la constancia cambian al mundo. Hoy la despedida es para uno de ellos, el insigne doctor venezolano Jacinto Convit.

100 años de vida, cientos de logros, incontables reconocimientos, el doctor Jacinto Convit marcó el siglo XX por sus estudios y vacunas y tratamientos para enfermedades como la lepra y la leishmaniasis. Y en el siglo XXI los cimientos de su investigación con células gástricas puede en unos años convertirse en una potencial cura para el cáncer.

El Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira, Raúl Casanova, se pronunció en nombre de la institución sobre la muerte del ilustre venezolano: “Es un momento difícil para la ciencia y la sociedad venezolana, conocer el fallecimiento de uno de los personajes más insignes del quehacer científico nacional.”

“Lamentamos profundamente su desaparición, pero no obstante debemos resaltar el legado importante que ha dejado en los investigadores y en los científicos venezolanos, en primer lugar por la fortaleza y la humildad con que sus trabajos e investigaciones se desarrollaban, a veces sin recursos económicos, y llegando a conseguir resultados maravillosos.”  

El Rector Casanova recordó que la universidad tuvo un vínculo directo con el doctor Convit en la década de los 80, cuando hizo presencia  como investigador en esta casa de estudios, y dejó un legado que fue la creación del ‘Centro de Ciencias Jacinto Convit’.

“El Doctorado Honoris Causa que la UNET le confirió en el año 2013 fortaleció esa relación y le dio un toque armónico a esa vinculación que él tuvo con la universidad y con la región tachirense.”

La máxima autoridad de la UNET resaltó el hecho de que los trabajos y las investigaciones del doctor Convit producían un conocimiento aplicable, “no era para engavetarlo, ese es el mensaje más importante que ha dejado a la investigación venezolana.”

Finalmente el mensaje del Rector apunta a emular el ejemplo de esperanza y fortaleza del insigne médico venezolano, “a su edad todavía asistía a su laboratorio a trabajar, ese ejemplo es de fe y esperanza, y de mucha humildad.” /Juan José Contreras Cárdenas

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