Ante los últimos hechos ocurridos en el estado Táchira y en algunas partes del territorio nacional, la máxima autoridad de la Unet, Raúl Casanova Ostos, manifestó su total y rotunda desaprobación
Raul_Casanova
El Rector de la Universidad Nacional Experimental del Táchira, Ing. Raúl A. Casanova Ostos, ante los hechos que se han presentado en nuestra ciudad capital manifestó su total desacuerdo con la violencia desatada que ha causado derramamientos de sangre, la pérdida de la vida de jóvenes y hermanos venezolanos que nos enlutan a todos por igual y por quienes lloramos, incluso sin conocer; el daño sicológico y la disminución de la calidad de vida y la tranquilidad del san cristobalense, la destrucción de infraestructuras de uso de interés regional y nacional, el deterioro implacable de la vialidad y del medio ambiente, y lo peor, la crisis social mezclada con los embates de una crisis económica severa, reflejado en el desabastecimiento que viene generando colas descomunales para conseguir algunos productos de la dieta básica, el contrabando desmedido y la polarización entre nuestra gente.

Asimismo, expresó que “la arremetida ha sido en las universidades de la región y de todo el país. Los casos de las acciones violentas inicialmente contra nuestra casas de estudios UNET y ULA, luego contra la UCV (donde además se han producido ataques atroces por parte de grupos armados que golpearon y vejaron a los estudiantes de la Facultad de Arquitectura y de Ciencias que realizaban una asamblea). A la ULA le incendiaron su emisora FM en el Núcleo Táchira; la UNEFA con sede en San Cristóbal también fue incendiada y destruidas sus instalaciones incluyendo su biblioteca; la UCLA, en Barquisimeto sufrió duros ataques con destrucción de laboratorios y vehículos; en Upel Maracay y en Unexpo Núcleo Carora dejaron numerosos estudiantes heridos como resultado de la arremetida violenta”.

El Rector de la UNET, afirmó que “la razón de los ataques son las protestas estudiantiles que han ocurrido durante estos dos últimos meses. Los estudiantes y la sociedad vienen reclamando solución a los principales problemas que sufren los venezolanos, como lo son la creciente criminalidad e impunidad, el desabastecimiento, el alto costo de la vida y el aumento alarmante del desempleo; así como el respeto a los derechos humanos y ciudadanos: el derecho a la vida, a la protesta, a la libre expresión de las ideas, a la no discriminación por razones políticas o de otra índole, todos éstos principios que compartimos e inculcamos en nuestras universidades, y que hacen legítima la protesta pacífica de la juventud venezolana”.

Continuó señalando, que “por principio de realidad, somos universitarios y a sabiendas de que existe una polarización en la sociedad, sin dudas y por principios no podemos deslastrarnos del alto compromiso con las verdades, producto del pensamiento, la investigación y la creatividad científica.  De ahí que ante los hechos vandálicos ocurridos a la UNEFA San Cristóbal y previamente el incendio de la Emisora de la ULA Táchira no podemos otra cosa que rechazar y solicitar se realicen comedidamente todas las investigaciones correspondientes para que se esclarezcan los hechos y de determinen las responsabilidades sobre los autores materiales e intelectuales para que este hecho abominable no quede impune”.

Casanova además agregó: “Me duele en lo más profundo de mi ser cuando desmedidamente se nos señala de que la universidad deforma la conducta de sus alumnos”, “señalamiento que rechazo rotundamente por falso y tendencioso. Gran parte del desarrollo regional y nacional se le debe al concurso de más de 15000 egresados distendidos por todo el territorio nacional e internacional son participes activos”. No obstante, “Me declaro responsable de una deuda incuantificable e impagable por la Universidad, que convive con lo que más atesoro de mi vida, mi familia. Y es que le debo tanto que me siento culpable y exigido a la vez por el mal que le hacen los que se creen poseedores de la verdad al emitir esos señalamientos, o los que se creen victoriosos al quemar un pupitre, un autobús o pisotear con desmanes de pandilla uno de los pocos baluartes que aún quedan de nuestra vitalidad democrática y que siempre se erigirá esquiva frente a las ambiciones de cualquier gobierno que quiera colocarle su mano y mucho menos de un pensamiento único”.
----“Indudablemente que existen transformaciones radicales, que van a seguir produciéndose sin duda alguna en el futuro a un ritmo acelerado, por fuerza habrán de crear tensiones considerables, en particular en los medios de enseñanza, que tendrán que atender necesidades cada vez mayores y enfrentarse con los nuevos desafíos de un mundo que cambia rápidamente. Si queremos cumplir con lo que exige la época, tendremos que dar muestra de creatividad, de valentía y de una firme voluntad de introducir cambios reales y de estar a la altura de las tareas que nos esperan”.

¿Ante estos hechos vandálicos que propone usted? No es suficiente comprender esta barbarie. Hay que pasar a más. No es solo la declaración de los acontecimientos. Es que debemos despertar y canalizar en acciones una emoción efectiva, que anda desparramada por la Universidad venezolana; y que haga sentir que sus autoridades no están solas; los profesores, estudiantes, empleados, obreros, ella tampoco, y sus principios éticos menos. Tanto hemos vivido y aprendido en ese terruño que apoyar la majestad del recinto universitario no es sino un acto de justicia, dignidad íntima, orgullo ciudadano, sobre todo hoy en un país en donde casi todo, se ha convertido en botín. No la podemos dejar sola.
---Quienes crean verdaderamente en los procesos democráticos debemos defenderlos y hacer esfuerzos por estar allí defendiéndola. No es inmolarnos o servir de escudo humano para otros, No. Desde allí podemos servir de interlocutores para iniciar, con estrategias bien definidas en conjunto con la sociedad, los cambios necesarios y servir de puente para canalizar las propuestas antes los problemas que se manifiestan y que generaron acumulativamente esta triste realidad venezolana. 

Finalmente, el Rector Raúl Casanova Ostos “rechazó la violencia provenga de donde provenga; las persecuciones del cual ha sido objeto el sector universitario especialmente contra el estudiantil, la sociedad, los medios de comunicación y algunos comunicadores sociales; exigió que se establezcan las responsabilidades en cada caso y se identifique y castigue a los culpables; además exigió que se desarmen los grupos armados que atacan; que se respete la autonomía y a la inviolabilidad del recinto universitario, también exigió que se respeten los Derechos Humanos, los demás Derechos Constitucionales y el Debido Proceso de las personas, que se reponga de emergencia las instalaciones y bienes destruidos y pedimos a Dios Todo Poderoso que nos ilumine, nos guie y nos proteja para que prontamente podamos restablecer las condiciones idóneas para el desarrollo de la actividad administrativa, académica de investigación, docencia y extensión”. 

“Yo particularmente deseo que esta situación sea solventada con mucha inteligencia, que se solucione estratégicamente los problemas que la motivaron. Los líderes políticos, la sociedad, los estudiantes, el gobierno deben llegar a acuerdos mínimos para restablecer el orden y solucionar a corto y mediano plazo los factores causantes. No debe haber perdedores ni ganadores y se debe bajar el tono agresivo de ambas partes, hacia quienes disienten y el cese de la violencia de todo tipo, pero tampoco deben quedar impunes los crímenes cometidos”.