El destacado pianista tachirense fue el solista invitado en el concierto que ofreció la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar con motivo del Día del Músico y Día del Psicólogo

 

“Todos los compositores son importantes, especiales y al momento de escuchar alguna obra que no conocía, busco apreciar el trabajo que hay detrás de ésta, entender y aprender. La música es un universo infinito de posibilidades y por eso sé que cada compositor es único e irrepetible”.

 

Quien así define esta compleja manifestación artística es un joven que nació en una familia de músicos. Se trata de Jesús Gerardo Moreno Castellanos, nativo de San Cristóbal. Su abuelo, fue el compositor tachirense Onofre Moreno Vargas, fundador de la orquesta típica Lira del Táchira. Su papá, Gerardo Moreno, es intérprete de cuatro y guitarra, con formación autodidacta.

 

“Cuando conocí a mi abuelo, a una edad consciente, yo tenía unos 6 años, un poco antes de su fallecimiento. Cantaba el Himno Nacional a las horas correctas, pero nunca pude conversar con él o recibir alguna enseñanza, ya que estaba mal de salud”.

 

Su interés por el piano despertó cuando tenía cinco años y recibió como obsequio, un pequeño teclado, donde comenzó a tocar algunas melodías de oído. En sus recuerdos de infancia persiste cuando su papá colocaba los discos de la Lira del Táchira, para que él los escuchara.

 

Formación

 

Jesús Moreno tiene 32 años de edad. Sus estudios musicales comenzaron en la academia de la profesora María Chamate, quien le enseñó a tocar acordes con un librito llamado “El paseo de Simón”. De allí pasó a la escuela “Miguel Ángel Espinel, donde recibió clases con Liliana Fleites. Cursó bachillerato musical en el liceo J. A. Román Valecillos.

 

Una vez culminada esta etapa, ingresa a la Universidad Nacional Experimental del Táchira en la carrera de Licenciatura en Música. Después de estudiar tres semestres se traslada a Caracas donde prosigue su formación en Unearte y obtiene el título de licenciado en Música, mención Ejecución Instrumental Piano Solista.

 

En busca de ampliar horizontes, viaja a Bucaramanga, en Colombia, y permanece seis años: “trabajé en la Universidad Industrial de Santander como profesor de piano; en distintas academias privadas y en el colegio musical Pentagrama. También participé en actividades en el ámbito profesional-musical como lo fueron realización de conciertos y presentaciones como solista”.

 

Destaca su actuación en el Concurso Nacional de Piano “Silvia Eisenstein”, donde fue galardonado y en otros de este rango, como El Piano Venezolano. En 2018 participó en el Festival Internacional de Piano, el cual tuvo como escenario la Universidad Industrial de Santander. Interpretó la obra Rhapsody in Blue y tuvo la oportunidad de representar a Venezuela.

 

Actualmente se desempeña como profesor de interpretación de piano en la carrera de Licenciatura en Música en la Universidad Nacional Experimental del Táchira; también da clases en la modalidad virtual a estudiantes de otras latitudes.

 

“La escuela de música Miguel Ángel Espinel nos brinda un espacio para dictar las clases, ya que esta institución posee pianos de óptima calidad y nos permite usarlos con nuestros alumnos de la UNET. En lo que respecta a las clases a distancia, ésta fue una nueva área de trabajo independiente que pude generar durante la pandemia y le he dado continuidad”.

Como una retribución a la cooperación que les ofrece esta institución, se encarga de afinar todos los pianos; también lo hace con el que se encuentra en la UNET, pues entre sus habilidades figura la de afinador.

 

Considera que ser parte de los docentes de la universidad es muy importante para él, por la calidad académica que caracteriza a esta casa de estudios superiores, y donde se contribuye con la formación de los jóvenes que en un futuro cercano serán profesionales.

 

Dedicación y organización

 

“Para que un músico pueda surgir en Venezuela, necesita mucha dedicación, organización y apoyo económico. Nuestro país tiene los espacios y todavía cuenta con un público muy receptivo y agradecido”.

 

Recientemente, Jesús Gerardo Moreno fue el solista invitado en el concierto que ofreció la Orquesta Sinfónica Simón Bolívar del Táchira en el teatro de la UNET, con motivo del Día del Músico y Día del Psicólogo.

 

En este escenario, los asistentes pudieron disfrutar de la ejecución del talentoso joven tachirense, quien entre su repertorio incluyó la obra Raphsody in Blue, del compositor estadounidense George Gershwin, la cual forma parte de las ocho piezas sinfónicas que se utilizaron en la película de Disney, “Fantasía 2000”.

 

El aplauso del público no se hizo esperar, para obsequiar la impecable interpretación de solista y orquesta, vinculados por la armonía y el virtuosismo.

 

Bajo la luz de los reflectores, frente al piano, Jesús Moreno se siente en su mundo particular.

 

“Cuando voy a comenzar a interpretar una obra y me siento frente al piano, activo mi concentración y me conecto con el mundo de los sonidos. Toda nuestra existencia en este plano está arropada por los sonidos y desde que nacemos hasta que nos vamos estamos en constante movimiento y vibración y esos son unos de los principios de la música. No puedo concebir mi vida sin ella.

 

Su aspiración, poder tocar su propia música. Que nazca de su corazón e inspiración: “siento que ya estoy cumpliendo mi sueño. Poder tocar mi propia música, como lo hicieron los grandes compositores. Es mi camino y ya estoy en él. Solo debo seguir disfrutándolo y comunicándolo”.

 

Que el rumbo sea propicio, para que brille su talento y se cumplan sus sueños./Norma Pérez/Fotos cortesía Jesús Moreno/Edición fotográfica Juan José Contreras.