La Parroquia Universitaria celebró la misa de inicio de actividades y la tradicional Paradura del Niño Jesús

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Las voces unetenses se unieron en una sola para elevar plegarias por quienes han debido abandonar el país, por los que padecen hambre y enfermedades, los niños y la paz, y por Venezuela en su hora menguada. Frente al altar, pidieron al Creador que no los suelte de su mano “aunque camine por cañadas oscuras nada temo, porque el Señor es mi pastor y nada me falta”, recordando el salmo 23 de la Biblia.

El espacio propicio para este momento de oración comunitaria y recogimiento, fue la misa que ofició el presbítero Sergio Suárez de la Parroquia Universitaria por el inicio de actividades académicas y administrativas.

Autoridades universitarias, profesores, empleados, obreros y estudiantes se sumaron a participar en este acercamiento con el Creador y escucharon las palabras del sacerdote, quien agradeció a Dios por su bondad, le pidió sabiduría y discernimiento para los gobernantes, para que tomen rumbos de paz y prosperidad tan necesaria en estos momentos.

En su mensaje manifestó que la universidad comienza en unas circunstancias muy particulares, donde el elemento común que se escucha en el pueblo es la incertidumbre, porque no se cumplen las reglas básicas de convivencia, generándose un ambiente de caos y anarquía, a lo que se suma la crisis económica que ha llevado a compañeros, amigos y familiares a tomar la difícil decisión de irse del país.

Por todas estas razones hizo un llamado a aferrarse a la fe, porque “para el cristiano no puede haber incertidumbre, en el creyente no puede existir caos en su corazón ni puede andar sin sentido en la vida. Venimos de una historia de salvación, y somos un pueblo que tenemos un pastor que se preocupa por sus ovejas y dio su vida por nosotros”.

“Ante esa certeza que no estamos solos, que Dios nunca ha abandonado su pueblo, ante su ley que es la ley del amor, éste es un año para cumplir las responsabilidades que tenemos en esta casa de estudios. Frente a la tentación de sentirnos solos, abandonados, nuestra fe debe hacernos sentir que no lo estamos, pues es Dios quien nos da la fuerza y entusiasmo para seguir”.

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Al concluir la misa, se hizo la paradura del Niño, tradición de los andes venezolanos, con un recorrido por las instalaciones del edificio administrativo. Los padrinos fueron el Vicerrector Académico José Alexander Contreras y su esposa, quienes llevaron al Niño Jesús en medio de las luces de las velas y las canciones de Ricardo Chacón acompañado en la guitarra por Lino Bautista.

La UNET dio la bienvenida al año 2018 con la bendición de Dios, y la reafirmación de su fe, tan necesaria en estos momentos./Norma Pérez M./Fotos Raúl Casanova Sosa.